¿Te gustaría sentir que vuelves a ser la dueña de tu vida y dejar de ser víctima de tus circunstancias? Te lo cuento en este post, ¡PROMETIDO!
1. Tú eres tu peor enemiga
Te voy a demostrar que tú eres tu peor enemiga y, por tanto, también podrás convertirte en tu mejor amiga.
Lo bueno de que podamos ser una cosa, también nos da la oportunidad de ser la contraria.
Dime, ¿cómo te hablas?, ¿qué te sueles decir cuando las cosas no salen como tu quieres?
Eres más de decirte “otra vez metí la pata, soy de lo peor, esto es una m….a”, o por el contrario te sueles decir “venga va, esta vez no salió como quería ¿cómo podré mejorarlo la próxima vez?”
Si eres de las personas que tienden a poner el foco en lo que no saben hacer, en lo que les sale mal, en lo que les falta, seguro que te has identificado con la primera frase “ya estamos, otra vez metí la pata, soy de lo peor, esto es una m….a”.
¿Ahora entiendes cuando te decía que tú eras tú peor enemiga?, estoy segura, que una persona que te aprecia ante esa misma situación te diría: “Venga, ánimo, que esta vez no salió como querías, ahora piensa en cómo podrás mejorarlo la próxima vez”.
El primer paso, es que empieces a poner atención en desaprender a hablarte como si fueras tu peor enemiga y aprendas a tratarte como si fueras tu mejor amiga.
Te aseguro que esta nueva relación contigo misma será mucho más saludable.
2. La jaula invisible en la que nos encerramos
¿Sientes como si estuvieras en una jaula invisible de la que no logras salir?
Tienes la sensación de querer cambiar, mejorar tu vida, pero al mismo tiempo sientes que hay un gran bloqueo, algo que no terminas de identificar que te impide avanzar en esa área de tu vida que para ti es de máxima prioridad.
En esta vida, una de las emociones que más nos limita es el miedo.
Por miedo a ser rechazadas, no nos mostramos tal y como somos, decimos sí a todo y terminamos por vivir la vida de los demás, en vez de la nuestra…
Y claro!! De repente un día sientes una gran frustración en el mejor de los casos o un gran sufrimiento y no sabes por qué. Seguramente está siendo porque no te estás escuchando, y porque estás decidiendo desde el miedo y no desde el amor.
El miedo es simplemente una emoción, que nos avisa de que podemos estar en peligro, lo que ocurre, es que la mayoría de las veces, este peligro no es real. Y lo creamos nosotras mismas, preocupándonos y pensando en situaciones futuras que seguramente ni lleguen a ocurrir.
La mejor forma de poder liberarnos de ese miedo, es sintiéndolo, sí, ya lo sé, la tendencia es a hacer todo lo contrario, intentamos evitarlo, y dime ¿te ha servido de algo?, seguramente no, porque todo aquello que rechazamos nos esclaviza.
Si realmente quieres trascender y liberar ese miedo, has de ACEPTARLO, IDENTIFICARLO FÍSICAMENTE Y DEJARLO IR, ¿cómo?:
- Reconoce y acepta el miedo. Por ejemplo, acepto que me da miedo que las personas me rechacen, que no me tengan en cuenta y acepto que no tengo que caer bien a todo el mundo.
- Identifica ese miedo físicamente, ¿dónde sientes ese miedo en tu cuerpo?, toma 3 respiraciones profundas y después siente dónde está localizado ese miedo en ti. Por ejemplo, siento ese miedo al rechazo en mi estómago, o en mi garganta, o en mi cabeza, etc.
- Y, por último, cuando te sientas preparada para ello, déjalo ir, toma una respiración profunda y al exhalar siente como ese miedo que sentías en una parte específica de tu cuerpo se va.
3. Asumiendo responsabilidades
Una vez que eres capaz de cambiar la forma en la que te hablas, tratándote con el respeto que realmente mereces, y has podido mirar al miedo en vez de evitarlo, éste va a perder fuerza y tú dejarás de ponerte excusas y empezarás a tomar las riendas de tu vida.
Ahora dejarás de:
- Contarte historias de por qué no logras las cosas
- Ponerte excusas, de por qué no tienes la vida que realmente deseas a nivel personal.
Porque estas historias, lo único que hacen, es mantenerte en ese estado en el que te sientes triste, sola, con una gran ansiedad y ya no es una zona cómoda para ti.
Empieza por recuperar tu poder personal, tomando la responsabilidad de tu vida. Y empieza por un gran reto, comienza a ver los errores como oportunidades para que puedas seguir creciendo y mejorando y destierra la idea de que los errores son fracasos personales.
Recuerda un momento de tu vida, que viviste con gran preocupación y al final, con el paso del tiempo pudiste ver todo lo bueno que trajo a tu vida. Y es precisamente en esos errores donde están nuestros grandes aprendizajes.
Fíjate en dónde pones tu atención ¿en qué sueles fijarte en el problema o en la solución?
Si quieres avanzar pon tu atención en la solución, es la única opción para que puedas seguir creciendo, ahí radica tu poder personal.
Toma decisiones desde el amor y ponte en acción.
Comprobarás como los resultados que obtienes son muy diferentes cuando dejas de tomar las decisiones por miedo a… y las empiezas a tomar porque es lo que realmente te apasiona, porque es lo que amas.
Si aún no tienes la guía Los 3 Secretos para que puedas superar tus miedos y sentirte tranquila en tu día a día, puedes descargártelo aquí mismo.
Me a gustado mucho . Parece k estas describiendo a mi hija , k me tiene un poco preocupada tiene la autoestima por los suelos . Gracias
Hola Ana Belén,
Me alegra saber que te ha gustado y te ha servido 😉
Al final las personas en lo esencial, no somos tan diferentes unas de otras, una clave para empezar a darle un vuelco a esa autoestima es empezar a cambiar el diálogo interno, la manera en que nos hablamos, justo lo que cuento en el punto 1 del post, es prioritario hablarnos con cariño y respeto para que nuestra autoestima vuelva a estar fuerte, «Convertirnos en nuestras mejorares amigas». Y algo fundamental, que ella se de cuenta de esto y quiera cambiarlo. Cualquier cosa que necesites aquí estoy Ana Belén.
Gracias por compartir.