“Antes de empezar las sesiones con Ana estaba pendiente de hacer el duelo tras ser despedida en la empresa en la que trabajé 16 años, al mismo tiempo tenía la cabeza hecha un caos con la situación de mi madre (con Alzheimer). Y como guinda queriendo preparar una oposición… Era un momento donde sentía una mezcla de tristeza, frustración, caos y culpa.

Ana me ayudó a poner orden, calma, a aprender a priorizar y aligerar “mochila”. También me ayudó a organizar y programar el tiempo para estudiar. Logré tener más presente los valores y fortalezas aportados por mis padres. Tener herramientas en situaciones en las que me veía baja.

Tras las sesiones con Ana, me sentí con menos carga, y gracias a esto, hoy tengo más serenidad y confianza. Me sentí muy cómoda en las sesiones, me encantaron las preguntas clave que me planteabas, me sirvieron para darme cuenta de otras perspectivas.”

Tania Mª F.N.

“Antes me sentía vacía, perdida, vulnerable con muchos frentes abiertos, vivía en un sufrimiento y en un “mundo contra mí” que no quería vivir pero del que no sabía escapar. Para ser más concretos, el duelo por la pérdida de mi madre me tenía sumida en una tristeza infinita, y sumado a mis pérdidas de embarazo, estaba en una espiral muy negativa.

Ahora soy capaz de relativizar y quedarme más con la parte buena del resto de cosas de mi vida, y no con las dificultades o partes que “no tengo”. Pude empezar a aceptar aquellas situaciones que no puedo controlar. A lo largo de las sesiones con Ana, me fui sintiendo liberada, vi soluciones, vi puertas abiertas donde no veía nada, empecé a tener más fuerzas de levantarme y continuar mi vida, en pensar que podía haber esperanza, en que podía volver a ser feliz algún día de nuevo. También me siento agradecida por tu dedicación, las facilidades que me has dado, la implicación que me has regalado quedándote más tiempo conmigo en muchas sesiones, tu empatía cuando te has emocionado conmigo. Siempre te estaré agradecida.”

Vicky M.F.